He tenido un sueño recurrente. En éste, aparezco en medio de una carretera elevada en los cielos nocturnos. Pero mis pies no se mueven.
-¿están pegados al suelo, o simplemente ud. no les da la orden de moverse? ¿es alguna clase de ilusión?
No, simplemente no se mueven. Quiero moverlos, pero estoy ahí anclado al pavimento. De pie, acostado, en todas las posiciones posibles.
-por favor eso es absurdo.
Es un sueño, qué esperaba.
-continúe.
De la lontananza se acerca un carro rojo, pero el conductor es una oveja. lleva una botella de jugo de naranja en la... pesuña, mano, no sé que decir.
-una oveja, ¿esta trasquilada?
mmmm, no lo sé. Solo alcanzaba a verle la cara detrás del vidrio, o la imagen de una oveja. El sueño no es idéntico cuando se repite. Pero, bueno.. después choca conmigo y el impacto me arranca de la calle y me eleva hacía abajo. Sé que suena tonto, pero donde debería estar el cielo, osea arriba, esta la ciudad.
-En el inicio del sueño estaba en los cielos, entonces la calle estaba invertida y si hubiera volteado la cabeza hacia arriba, hubiera visto la calle y la ciudad en sí.
Exacto. Aterricé en una cafetería.
-logró distinguir la marca de la cafetería.
No, no pude distinguir eso, verá todo se presenta muy borroso. Pero había una muchacha pelirroja.
-Era la mesera.
¿es una pregunta?
-No, ya he soñado con esa mujer, me parece que hemos compartido sueños. Suele suceder.
Eso sí es absurdo. Pero total, puede que sea o no sea la mesera.
-Lo era.
Bueno. en su vestido llevaba bordados pájaros, de muchos colores, y volaban por la textura del vestido. Su cabello se movía inquietantemente, pero no había viento. Parecía estar viendo a todos lados pero a la vez, no veía a ninguno.
-No había viento naturalmente por que era un sueño. ¿Dígame, estaba su café servido, con su periodico matutino, o había alguna clase de licor?
no lo recuerdo. Recuerdo, eso si, periodicos regados por todo el suelo.
-¿Ordenó algo en aquel restaurante?.
No, no ordené nada. Pero estaba apunto de hacerlo cuando alguien entró por la puerta, llevaba un tatuaje de una catedral con alas en sus paredes externas. Era un anciano, de ojos color canela, tenía una caja, de esas donde se ponen artículos para vender.
-¿vendía chicles? ¿chocolates? ¿matracas para los partidos de baseball?
No, eso es lo mas inquietante. Vendía manos. Así, manos.
-Donde llevaba el tatuaje.
No lo sé. solo vi su tatuaje.
-Señor, no me esta ayudando. No me da ningún tipo de detalles, y siento que estoy perdiendo el tiempo. Por favor vuelva a soñar eso, y viene a verme con los detalles necesarios.
Pero...
-Sin peros. Además, me parece que ésto lo debería ver con un psicoanalista, no con su cantinero. Por cierto, ¿le sirvo mas de eso?
