Pues si, daré una pausa con el otro relato (un grito nocturno), para continuar con uno que empecé hace tiempo, una de las primeras entradas, las partes anteriores las pueden encontrar en los archivos o bajo el "tag" HISTORIA DE VERONIKA.
UNA SEMANA DESPÚES
Tres de la mañana, oscilaba Veronika entre la realidad de la vida o la de sus sueños. Un sonido insignificante la retira de la almohada y le arranca un grito ahogado. Estaba sudando en una noche fria, y el reflejo de la luna que se colaba de su ventana se escondía en cada gota de sudor que tenía en la cara y el cuerpo. Era sudor de susto, como el que provoca una pesadilla pesada que parece real.
Decide no volverse a dormir, aunque quisiera no encuentra mas que imagenes aterradoras. Sin siquiera pensarlo, se encuentra sentada en la cama con los pies en el suelo, desconcertada de no haber perdido el suelo tambien.
Aquella semana fue una bofetada, una mala jugada del destino, un error, ójala ese gran poder (el destino) tuviera un plomero que arreglara las tuberias por las que se escurrió su suerte y su vida perfecta. Al salir del gimnasio, por algo que ella ni siquiera había hecho, fue despedida de su trabajo por un arranque de furia de su jefe que se molestó, pues ella había olvidado presentarse con un cliente muy importante, esto a raíz de que olvidó su agenda en la casa. Al salir de la oficina desepcionada y ultrajada, se vio involucrada en un accidente que le hizo pasar dos dias en el hospital.
Hoy con una mano que todavía experimentaba dolor y una vida distorcionada con una cicatriz, por primera vez en 10 años, iba a desvelarse. La oscuridad que respiraba en su movimiento lento a traves de su casa grande, sello de una vida fructifera de prosperidad intachable. Puso el dedo en un interruptor de luz, y lo dudó, una tormenta de coraje empujo su cabeza y orgullo contra la pared, desprendiendo de sí unas lágrimas temerosas y un llanto oxidado, hacía mucho que no lloraba de ese modo. Pensó en llamar a alguien, y por más que intentaba, no encontraba nadie en ese espacio tan grande de su mente. Estaba sola. Tal vez la luz me devuelva la seguridad que estoy perdiendo; pensó. Y así, limpiandose las lágrimas con una mano apretó el interruptor con la otra.
La luz brotó y como si nunca hubiera estado ahi, la oscuridad se esfumó. Pero al alzar la vista hacia el espacio en blanco que formaba la pared bañada de luz, desnuda; había un dibujo. Veronika se llenó de pánico, extrañando la paz que le hacia sentir la oscuridad mentirosa. El dibujo estaba pintado con un lápiz labial que estaba abierto tirado a los pies de la pared. El dibujo era un gato, la silueta solamente, un trazo rápido pero preciso. ------continuará.