Prefacio.
La otra noche acompañé a un tío que trabaja en el gobierno a la prefectura. El lugar es frió por la seriedad de la decoración y la hostilidad de los dependientes. No había mucho que hacer para un muchacho de mi edad entonces mientras recorría el sitio, me encontré frente a una puerta de cristal con unas letras apenas legibles, murmuraban a la vista: Biblioteca. Una biblioteca siempre es entretenida, pensé quizá con cierto sarcasmo. Era una visita al desorden, alcance a contar diez repisas polvorientas y oxidadas con cientos de archiveros y de esas carpetas que son todas iguales, grandes y feas. Había cajas en el suelo y fue lo único que me atreví a revisar. Edictos, libros de cuentas, títulos de propiedad y algunas constancias que sepa yo que eran. Hasta que me topé con lo que parecía un archivo olvidado, callado estaba sepultado al fondo de aquella caja, agitándome la curiosidad con una etiqueta en la que, al tratar de pegarla alcancé a leer "confidencial".
Era la palabra clave, agarré el folder y de él cayó pesadamente un cuaderno de anotaciones color verde, de apariencia ancestral. Las letras en la portada estaban escritas en tinta dorada y cursiva, "Gassman Vidar". En los papeles dentro del folder estaban los detalles. "Cadáver de hombre hallado en las costas de Alvarge, mediana edad, cabello castaño..." Había fotos donde mostraban a éste hombre con un tatuaje en la mejilla, era el de una llave antigua pero de trazos precisos, también mostraba en otra foto un tatuaje en la planta del pie, era una dirección.
"Se mandó hacer una llave idéntica a la del tatuaje, caja fuerte encontrada en la dirección del pie izquierdo". Aparecían los nombres de los involucrados en la investigación, y el resultado de ésta; o más bien la razón que le atribuyeron a su muerte, locura, un suicidio.
En una bolsa de plástico pequeña estaba la llave que mandaron hacer para abrir la caja fuerte, era igual a la del tatuaje. Supuse que lo que hallaron era aquella libreta, fue un descubrimiento para mí. Me disponía a leerlo cuando escuche unos pasos aproximándose a la puerta, agarré sólo la libreta y me escondí tras una repisa.
Alcance a ver un hombre, de hecho sólo vi los zapatos, tipo Top-sider negros, muy casuales, tomó la caja que había revisado y hurgó en ella. Cuando salió también yo me di a la fuga sin ser visto. En la sala de espera se encontraba mi tío hablando con un señor y caminando por el pasillo observé aquellos zapatos de aquél hombre que había estado hace unos minutos en la biblioteca de la prefectura, llevaba bajo el brazo el fólder "confidencial" del que había extraído yo lo mas importante.
Al llegar a la casa y estar seguro en mi habitación comencé a excrutar el texto del cuaderno, es lo que les relataré en el futuro tratando de asimilar el manuscrito y el material reunido.
El cuaderno comienza con una hoja arrancada puesta al principio, las primeras líneas dicen: Soy la primera persona en leer éstas palabras, por que fui yo el que las escribió y el primero en vivir las experiencias citadas a continuación; estoy seguro que tambien seré el último en leerlas ya que a muchos puede parecerles que no fueron escritas en momentos de cordura y razón. De no ser así, y existan aún más lectores, les recomiendo, exhorto a que crean hasta la minúscula tilde, fui téstigo de sucecos extraordinarios que van más allá de nuestro entendimiento.
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