martes, 11 de mayo de 2010

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Con tanto trabajo no me da chance para jugar, y pensé que la suerte me sonreía una vez que caminaba por la avenida y encontré en el escaparate de una tienda lo que mejor respondía a mi necesidad. Se trata de la nueva consola de realidad virtual Dreamstation. Si pensabas que lo de hoy era jugar haciendo de tu cuerpo el único mando a distancia para ver las cosas en la pantalla, entonces no conocías esta presunta maravilla. Los desarrolladores, según estuve investigando, querían hacer la clásica consola de realidad virtual en la que todo un ambiente digital es construido en un casco y responde en tiempo real a los movimientos corporales, sin embargo llegaron a un punto en el que era casi imposible envolver al jugador en una experiencia tan parecida a la realidad como ellos lo planeaban. Iba ser un giro de 360 en nuestra manera de ver los juegos, internet y las redes sociales, imagínate: te conectas y puedes ir a un cine virtual con tus amigos, aún si estos se encuentran muy lejos en espacio real. ¿Cómo resolvieron los problemas técnicos? La respuesta: los sueños. Para desarrollar el Dreamstation se contrataron a neurologos y muchos expertos en la ciencia del sueño. Resulta que cuando dormimos nos movemos por espacios que en cierto sentido son virtuales y hacemos exploraciones visuales reales, el llamado Movimiento Ocular Rápido. Para no hablar demasiado les cuento mi experiencia. En la caja hay un instructivo, la consola en forma de casco y un paquete de juegos básicos. Una vez que te vas a dormir, programas la consola para apagarse en determinado tiempo, insertas el juego y te relajas. Una vez que se carga la consola apareces en un cuarto blanco con tres puertas, en una accedes al juego, una para salir y en otra a internet. Intenté ambas puertas. Jugué un juego en el que podías volar sobre una montaña y cazabas nubesillas, hasta que sentí que había dormido demasiado, entonces intente salir por la segunda puerta y me salió el siguiente mensaje: "Error en el sistema No. 4697, reporte al (y un mail)". A ese punto me sentí un poco sofocado. No me sentía en mi cama dormido sino en realidad en un cuarto con tres puertas, todos mis sentidos iban en función de la consola. Entré a internet para reportarlo y lo he hecho unas veinte veces, al no tener respuesta e intentado contactar con cada espacio disponible como este blog. Si la cordura aún me acompaña, debo de estar dormido por 3 días, en los que no soy más que información y bits que viajan a través de un mundo virtual. Mi consejo es que no adquieran un Dreamstation ya que al ir socializando con más personas por aquí, la primera oleada de consolas resultaron defectuosas.

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