Nuestro protagonista decía:
Hoy me concentre en contarte cosas buenas de mi. Fallé.
En no llorar al hablarte de mí.
En no deprimirte/me, si es que te importa lo que te cuente.
En no hacerte dudar de mí.
La confianza no es algo que se gana,
Es algo que se otorga.
La gente en la que confías no le es útil el hecho de que confíes en ella.
Tu ganas la tranquilidad de saber que puedes confiar en ella…
aun cuando esta confianza no sea verdadera,
Ud. NECESITA confiar en alguien, y no viceversa.
A nuestro protagonista no le gusto su dialogo.
3 comentarios:
Quizá los que lean este blog me lleguen a acusar de lanzar muchas alabanzas, pero la verdad es que siempre me quedo impresionado con estos textos que realizas Itzel. Me impresiona la sinceridad y finura con que tocas el corazón humano, cómo posees esa capacidad de dialogarlo, analizarlo, y entregarlo. Eso, cómo te dije en un momento en estos días, es algo único. Una maravilla. Arte de verdad.
Trato siempre de escribirte alguna crítica respecto a tu estilo literario (aunque son más bien reflexiones) y apropósito de ello, me parece interesante notar, cómo se estrucuturan tus escritos: siempre se trata de monólogos internos. Lo exterior no nos importa, el mundo del personaje se nos presenta sólo por las aportaciones que éste hace sobre su vida. Ésta es sólo un marco de referencia. Lo que nos incumbe entonces, y es lo que realmente el personaje y autora quieren comunicar (aunque también informar, me parece que depende de quién lea), es el estado interno experimentado a través del relato.
Y es aquí donde hago mi aportación: En estas tres últimas entregas se ve una unidad temática: el llanto, el dolor interno y la búsqueda de paz. Lo más interesante de todo es que el personaje sabe qué es lo que le pasa, se entiende perfectamente. Por lo tanto, vemos que su construcción es compleja y va más allá del personaje de cartón melodramático que ignora lo que siente y por qué lo siente contentándose en sólo experimentarlo sin llegar a ningún sitio. El personaje que dibujas con cada palabra es tremendamente humano y por tanto regido por una constante evolución.
El personaje que describes Itzel efectivamente se da cuenta de su circunstancia, y se atreve a confrontarla, se atreve a tocarla y sumergirse en ella. Es valiente, realmente valiente, no cualquiera emprende ese viaje. Eso es lo que me maravilla. Ver la evolución de este personaje, cómo quiere "creer", cómo busca salir de todo lo que le lastima y purificarse, y sobre todo, cómo busca argumentos para sustentar esta metanoia, este cambio interior.
Realmente, qué hermoso. Me interesa mucho saber hacia dónde le llevará esta búsqueda interna.
¿Qué pasará? Quisiera saber. Te pido entonces que no dejes de escribir, que yo no dejaré de leer.
¡Un abrazo!
la confianza ni se busca, ni se da, se siente, sólo eso...
un abrazo
no sé por qué recuerdo algo sobre este blog... creo charly me invitó alguna vez! a mis links chavales... suerte!
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