jueves, 27 de noviembre de 2008

Hora cero

Mi hora favorita del día es las seis de la tarde. Es la llamada hora cero, pues uno no puede determinar si está amaneciendo o si es la tarde para noche -- obviamente, sin utilizar un reloj.

Desde que tengo uso de razón, me ha gustado contemplar esa hora del día; sin embargo, el ritmo de la vida actual no nos permite situarnos en una hora específica del día y disfrutarla, pues cada hora es útil y se le puede sacar un superávit; últimamente, tan sólo me acuesto, regresando de la escuela, para dormir unas horas mientras el día envejece. Antes, el atardecer era parte central de la transición de mi día.

Siempre he querido saber cuándo serán las seis de la tarde de la vida de una persona.

5 comentarios:

Goma Rosa dijo...

interesanrte, sobre todo por el hecho de que a mi esa hora me pone mal
me caga, pero ME CAGA que el atardecer me agarre mientras estoy en la calle.
cosas pendejas, pero me da nostalgia

María José dijo...

mi mamá dice q era mi hora favorita cuando era chica, porque me gustaba ver como los pajaritos se iban a los árboles. Creo que sí, me sigue gustando mucho ese momento de transición. Como que si en algún momento tiene que haber magia, sería en ese, no?

Una dijo...

Me gusta como huelen esas tardes... ( si como huelen..) (je!) . Y me dan atonjo de un abrazo

Pero no me gusta pensar que se fue un dia mas..

JOSEPE ERRANTE dijo...

tambien siento debilidad por ese momento en el dia. Respecto a lo que dice Maria José, en la escuela he visto a los pajaros y pericos ir de un lado al otro con el atardecer detras, es un espectáculo maravilloso.

ⓞⓡⓠⓤⓘⓓⓔⓐ dijo...

"Siempre he querido sabes cuándo serán las seis de la tarde en la vida de una persona" Rubi 2008. Me encantó esa frase, siempre he pensado en ese momento del día, nunca le había puesto una hora determinada. Es simplemente un momento muy agradable y que personalmente disfruto mucho, pensando, me gusta como el cielo se transforma y se llena de colores. Espero algún día reconocer cuando este en las 6 de la tarde de mi vida! y no dudaré en decírtelo.
*Por cierto una anécdota curiosa, es que un día después de la obligada siesta después de comer, me desperté y me levante toda alterada cuando al voltear a la ventana notaba que se me hacía tarde para ir a la escuela, en mi histeria escuche risas y en se momento comprendí que eran las 6 de la tarde.