Nunca Sabrás, capítulo 1

NOTA: Esta es la segunda novela que me aventuro a escribir. Utilizaré el nobel método de publicarla capítulo por capítulo en este blog, a razón de que se vayan puliendo y terminando dichos bloques; como dato cultural, mi primera novela "Bueno Conocido" está congelada y más fría que el archivo del 2 de Octubre, así que muy probablemente nunca vea la luz con el editor que prometió tenerla en el mercado a más tardar este fin de año. Por lo tanto, utilizaré de ahora en adelante el mejor editor del mundo: el Internet.

Ah y gracias a José Luis por dejarme ser parte de este blog tan original.

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Capítulo 1.- He dicho


“¿PUEDO fumar?”, preguntó ella mientras yo veía televisión por encima de su hombro. La pregunta sonó vaga y retumbó dentro de mí por un momento, hasta que musité de forma entumecida la respuesta que ella quería escuchar. La verdad, no soportaba el cigarro. Crecí en un hogar frío y oscuro acentuado por la presencia casi ominosa del humo del mundo Marlboro. Claramente recuerdo un día que estaba en la cocina de la casa familiar, siempre amarilla de luz, ya sea por la natural o por el foco que la alumbraba por las noches, en el que volteé a ver la puerta de miriñaque por donde entraba la mencionada luz natural, amarilla; sólo encontré el humo del cigarrillo colándose por los pequeños huecos del cuerpo de la puerta. Desde ese día me propuse no vivir en un hogar donde haya un fumador, pero evidentemente había perdido esa determinación, viendo que Claudia me acaba de pedir permiso para fumar en mi casa y yo accedí, mecánicamente, pero accedí.